Los inicios de su ministerio
Poco después de ser salvo Watchman Nee comenzó a amar al Señor y fue movido por el apremiante anhelo de predicar el evangelio a sus compañeros de escuela y compatriotas tanto a tiempo como fuera de tiempo. Su predicación hizo que casi todos sus compañeros fueran conducidos al Señor y que se suscitara un avivamiento en su escuela el cual se extendió a toda su ciudad natal en 1923. Cientos fueron salvos y sus vidas fueron cambiadas. Watchman Nee no asistió a ninguna escuela de teología ni tampoco a instituto bíblico alguno. Gran parte de lo que aprendió con respecto a Cristo, las cosas del Espíritu y la historia de la iglesia lo obtuvo mediante el estudio de la Biblia y la lectura de libros escritos por personas espirituales. Watchman Nee no solamente fue un excelente estudiante de la Biblia, sino que también fue un lector estudioso de libros espirituales. Fue una persona brillantemente dotada capaz de seleccionar, comprender, discernir y memorizar el contenido relevante de todas esas publicaciones; por lo cual le era fácil captar las principales ideas de un libro a primera vista.
Una fe viviente
Debido al exceso de trabajo y la falta del cuidado adecuado, Watchman Nee enfermó de tuberculosis al pulmón en 1924. Su dolencia llegó a ser tan grave que circularon rumores de su fallecimiento. Durante tal enfermedad, él se ejercitó grandemente en confiar en Dios para su existencia y Dios fielmente cuidó de él. Por Su gracia, Dios lo sanó de la tuberculosis, pero, en Su soberanía, le dejó con angina de pecho. En tales circunstancias, Watchman Nee podía haber fallecido en cualquier momento, mas esto lo condujo, de manera espontánea, a confiar plenamente en el Señor para su existencia misma. Así, él existía, en todo momento, por su fe en Dios, y a lo largo de los años Dios lo sustentó con Su cuidado lleno de gracia y lleno de la vida de resurrección hasta el día de su muerte. Mediante tales tribulaciones, él experimentó a Dios y le disfrutó mucho más de lo que habría sido posible en caso de no padecer una enfermedad tan penosa y agobiante. La clase de sanidad divina que Watchman Nee experimentó no fue meramente un acto milagroso de Dios, sino que consistió en que la vida de resurrección se forjó en su ser mediante el procedimiento de la gracia y por medio de ejercitarse en tener una fe viviente en la Palabra fiel de Dios con miras a la edificación y el crecimiento de vida. Así pues, ello no fue meramente un milagro propio del poder divino, sino que fue, íntegramente, algo relacionado con la gracia y con la vida divina.
Su vida y obra
Siempre que se le hacía alguna pregunta a Watchman Nee, su respuesta era práctica, iba al grano, era clara y estaba llena de unción y de luz. En cuanto a su manera de ser, él era una persona muy normal y abierta, a quien era fácil acercarse. Poseía una gran capacidad así como un corazón muy amplio. En cuanto a los asuntos espirituales, ascendió hasta lo más alto y tocó las profundidades. En cuanto al principio y propósito de Dios, fue rico tanto en entendimiento como en experiencia. Él siempre dejó en sus interlocutores una impresión bastante dulce al mismo tiempo que inspiraba respeto. En su actitud manifestaba afabilidad y mansedumbre, y sus palabras estaban llenas de unción. Al conversar con él, lejos de sentirse distante, uno era refrescado y suplido. La impresión que dejaban sus palabras así como su manera de ser es inolvidable. Watchman Nee vio que lo importante con respecto a nuestra obra no es su cantidad, sino su calidad. La verdadera obra es producto del fluir de vida.
Encarcelamiento
En febrero de 1949, después de haber orado y reflexionado mucho al respecto, Watchman Nee tomó la decisión de permanecer en Shanghái a causa del encargo que tenía por las iglesias, los colaboradores y el testimonio del Señor en la China continental. Por un lado, él confiaba plenamente en lo dispuesto por el Señor en Su soberanía; por otro, comprendía el riesgo que corría al quedarse en China y estaba dispuesto a ser sacrificado por causa del testimonio del Señor. En la primavera de 1952, fue arrestado y encarcelado por causa de su fe, y en el verano de 1956, después de un juicio prolongado, fue sentenciado a quince años de prisión. Sin embargo, jamás lo pusieron en libertad. Durante su tiempo en prisión, sólo a su esposa se le permitió alguna visita ocasional, pero ella falleció el 7 de noviembre de 1971. La muerte de su esposa fue causa de gran pena para él además de privarlo de todo contacto con el exterior. No mucho tiempo después de haber fallecido su esposa, el 30 de mayo de 1972, Watchman Nee también llegó al final de su peregrinaje en esta tierra y descansó con Cristo, a quien sirvió al precio de su propia vida. Bajo su almohada dejó un pedazo de papel que tenía varías líneas de grandes caracteres escritos con mano temblorosa que decían:
"Cristo es el Hijo de Dios, quien murió por la redención de los pecadores y resucitó después de tres días. Ésta es la verdad más grande que hay en el universo. Muero a causa de mi fe en Cristo".
—Watchman Nee
Otras citas:
"Es importante saber recibir lo dispuesto por Dios para nuestras circunstancias, pues ello representa la disciplina del Espíritu Santo. Si escapamos tan sólo una vez de lo dispuesto por Dios en nuestras circunstancias, perderemos la oportunidad de que nuestra capacidad sea ensanchada. Un creyente jamás volverá a ser el mismo después de haber pasado por sufrimientos".
"Cuando comencé a servir al Señor, estaba un tanto ansioso con respecto a quién me sostendría. Puesto que me había propuesto andar en el camino del Señor, únicamente confiaría en Él para mi sustento. En los años 1921 y 1922 muy pocos predicadores en China vivían únicamente confiando en el Señor. No obstante, cuando levanté mi mirada al Señor, Él me dijo: 'Si no puedes vivir por fe, no puedes laborar para Mí'. Yo sabía que tenía necesidad de una obra viviente y una fe viviente a fin de servir al Dios viviente. Dios ha provisto para todas mis necesidades y no me ha fallado ni una sola vez".